La camiseta del Inter Miami con la 10 de Lionel Messi estampado es la nueva moda y lo más buscado por todos los futboleros. El argentino había construido una nueva obra de arte y reclamaba un lugar más importante en la historia de este deporte. Quizá este sea el cierre perfecto para una carrera inigualable que, sin lugar a dudas, marcó la historia no solo del fútbol, sino del deporte en general. Nadie lo había logrado en la historia en el Bernabeu. Nadie daba crédito. Un gesto altanero del jugador más humilde que se recuerda en comparación con su talento. De igual manera, es necesario mencionar que en ese mismo partido, Maradona convirtió el famoso tanto con la extremidad superior izquierda denominado ‘la mano de Dios’. Tanto que habrá que esperar al menos un año para que alguien la herede. La ceremonia sigue postergada, pero desde la organización confirman que la idea es concretarla. Según pudo saber este medio, en las tiendas físicas de Adidas la situación es muy variable, y es un hecho que hay muchas que no tienen la número diez. Había hecho lo que el relator de la televisión llamó, con cierto apuro, “el gol de la Liga”: el que terminaba de dársela a su equipo.
Y era la respuesta brutal de un muchacho tan poco dado a lo brutal, a quienes lo menospreciaron estos días: que hacía tres años que no metía un gol en el clásico, que no aparece en los partidos importantes, que ya está de salida. Ha sido un placer compartir con vosotros una jornada tan emocionante del Mundial, en la que el grupo C en el que están Argentina, México, Polonia y Arabia Saudí, camiseta messi argentina 2022 se ha apretado al máximo. Una imagen dio la vuelta al mundo, luego que en un Bar en Francia utilizarán la camiseta de Lionel Messi para limpiarse los pies. Lionel Messi se prepara para jugar su primer partido como titular del 2022 con el PSG este lunes, en el duelo contra el Niza por los octavos de final de la Copa de Francia. Tras la falta de las garantías suficientes para ser inscrito por el FC Barcelona de cara a la próxima temporada 2023-24, Leo Messi ha elegido finalmente fichar por el Inter Miami, el equipo de la Major League Soccer de Estados Unidos.
Si alguien quisiera analizarlo diría que es una metáfora de ese equipo que resignó su mediocampo: un lateral que sube, cruza la cancha, se la pasa al otro. Hasta que, en el minuto 73, el más improbable, el croata casi tosco, Ivan Rakitic, hizo un recorte en la puerta del área y puso un zurdazo perfecto que -como decían los viejos relatores y cita aquí, cerveza en mano, mi amigo Juan Villoro- “Navas embelleció con su estirada”. Su gol en el último minuto reabre una Liga que parecía con dueño. No duró: en el minuto 33, Messi, con la gasa en la boca, entró en el área contraria haciendo slalom y la mandó al rincón. Agarró la pelota en su rincón izquierdo, corrió para adelante, se fue hacia el centro, siguió corriendo, llegó hasta cerca del área del Madrid, estiró la pelota hacia la izquierda, por donde entraba Jordi Alba, el otro lateral. No lo hizo: le entregó al portero Keylor Navas mansita la pelota… Desde que Argentina ganó la Copa Mundial de la FIFA en 2022, el artista argentino ha estado pintando murales de Messi desde Buenos Aires a Albania “porque la gente los pide”.
Inter Miami prepara una fiesta para la presentar a Lionel Messi. A lo largo de su carrera como profesional, el astro argentino Lionel Messi, que tiene en su extenso palmarés seis Balones de Oro, le ha brindado al mundo del fútbol una gran cantidad de golazos que han marcado un tramo de la historia de este deporte que reúne a millones de aficionados a nivel mundial. Una imagen que captó el fotógrafo de Mundo Deportivo, Pep Morata y que se hizo viral, ya que más allá del impacto de ver al argentino, bestia negra del madridismo, mostrando su barcelonismo ante el público del eterno rival, la camiseta parecía levitar en el aire. Valga como ejemplo un extracto de la extensa crónica del New York Times: «Entonces él se sacó la camiseta y la mostró. Fue un momento solemne, casi religioso: se paró detrás de su camiseta, los brazos extendidos y la mostró a cuatrocientos millones de personas. En ese momento en que cualquiera salta, grita, gesticula, Leo Messi, que acababa de volver de una derrota tan cantada, se paró frente al mundo y mostró su camiseta: este soy yo, miren y callen». Fue un momento solemne, casi religioso: se paró detrás de su camiseta, los brazos extendidos y la mostró a cuatrocientos millones de personas.