marcelo camiseta antes que messi

ESA camiseta que sostuvo Leo después de decidir el Clásico con su gol 500″, escribió el coleccionista Anish en un posteo en sus redes sociales. Debido al ajetreo de las fiestas navideñas y a un elevado volumen de pedidos, es posible que se produzcan retrasos en los envíos. Tras marcar ese tanto, corrió hasta una de las esquinas de la cancha, se quitó la remera y se la enseñó a todo el estadio. Leo, por otra parte, superó al máximo goleador de los clásicos, su compatriota Alfredo Di Stéfano (18 goles), la temporada 2013-14 después de una victoria en el Bernabéu por 3-4 en la que anotó un hat-trick. Otro partido memorable fue el de la temporada 2008-09, la primera de Pep Guardiola. Concretamente, hambre para lo que vendría dos años después, en 2009, ya con Pep Guardiola en el banquillo azulgrana. Apunto a eso y siempre lo voy a hacer porque es la convicción que tengo”. Aunque algunas personas del medio mexicano, como el periodista David Faitelson, intentaron calmar el ánimo, eso solo provocó que el boxeador continuara sumando adeptos en Twitter con amenazas. Hay que afrontarlo de la mejor manera posible, alguno le puede generar presión, pero lo tomo como un estímulo perfecto y maravilloso.

El partido había que ganarlo y lo ganó él con un tanto que lleva su sello. El Barça esperó su momento y, poco a poco, hizo suyos los clásicos de finales de los 2.000. Ronaldinho abrió la veda en 2005, en el que fue el primer partido del astro argentino en el Santiago Bernabéu, pero que se recuerda, especialmente, por el recital del brasileño. El Barça de Carles Rexach, plagado de neerlandeses en el once (Cocu, De Boer, Reiziger, Overmars y Kluivert), quedó muy tocado de aquella derrota frente al Real Madrid de Del Bosque, en los tiempos de los «Zidanes y Pavones«. Leo Messi es la bestia negra del Real Madrid. En total, han sido 64 clásicos oficiales en lo que va de siglo XXI: el Barcelona domina el balance con 25 victorias, 17 empates y 22 derrotas, además haber provocado varios traumas a sus rivales, con Leo Messi como enemigo público número 1. Los blancos han ganado más finales, eso sí.

No tiene ningún margen de error en casa del gran enemigo, donde, previsiblemente sin Neymar, sancionado, buscará apurar sus opciones en el último clásico de Luis Enrique como técnico azulgrana. Luis Enrique. La Liga se juega en el Bernabéu y el espectáculo está garantizado. Luis Enrique ya está pisando el césped. A la semana siguiente, el Barça se tomaría la revancha no solo de la final de Copa del Rey, sino también de las semifinales de 2002. El destino quiso que se reencontraran nuevamente en la penúltima ronda de Champions y, esta vez, en una eliminatoria plagada de polémica por la expulsión de Pepe tras la entrada a Dani Alves en la ida o por el gol anulado a Higuaín en la vuelta. La siguiente temporada se abrió con un Barça supercampeón de España, de la forma más emocionante posible. Con el precedente de Raúl González silenciando la Ciudad Condal en 1999, las semifinales de la temporada anterior y la traición de Figo al Barça, las aguas estaban muy caldeadas a principios de siglo en Can Barça. Apenas comenzaron a circular las imágenes de Leo quitándose la casaca azulgrana y exponiendo la de la Lepra, las redes sociales se empezaron a inundar de memes sobre la actitud de La Pulga y el conflicto que desató.

La imagen del niño con esa camiseta improvisada enterneció a todos y sobre todo al influencer Gerónimo Benavides, Momo, que decidió hacer una cruzada con la gente de ese país para que lo encuentren y de esa manera regalarle una camiseta de verdad. En total, cuatro clásicos en 18 días, con una tensión desmesurada de por medio ya que el precedente más reciente fue el propio 5-0. Eran los dos rivales más temidos a nivel Mundial, además. Ante el nivel de agresiones que sostuvo en dicha red social, camiseta de argentina messi diversos personajes reaccionaron. Saben los barcelonistas que están ante su única oportunidad, justo unos días después de haber quedado eliminados de la Liga de Campeones a manos del Juventus -una eliminatoria en la que no marcó ni un gol-, por lo que necesitan superar este mal momento para no quedarse únicamente con la Copa del Rey como objetivo del curso. Además, tenemos la opción de jugar en un día tan especial para todos los catalanes como Sant Jordi. En cualquier caso, nada comparable al punto cumbre, en la era de Guardiola y Mourinho, en la que se traspasaron ciertas líneas rojas como algunos de los propios protagonistas han reconocido años después. Mientras los aficionados culers lloran la marcha del futbolista que les ha regalado más tardes y noches de gloria, el resto se pregunta dónde jugará la siguiente campaña.