Por otro lado, tenemos ejemplos de entrenadores que supieron readaptar su equipo tras bajas de los jugadores franquicia y siguieron teniendo éxito, como el Manchester United que sobrevivió a la marcha de Beckham y más tarde de Cristiano; el Valencia, que en tres años se ha quedado sin Albiol, Villa, Silva y Mata; la Juventus, que vendió a Zidane por más de diez mil millones de las antiguas pesetas; o el Sevilla que cada año vendía a jugadores franquicia como Baptista y el colectivo conseguía hacer grandes temporadas, muchas veces con jugadores que habían fracasado en otras aventuras, como Maresca, que ya nunca fue el mismo sin ese equipo. No tengo amigos”, lamenta ahora Murtaza, que a pesar de todo tiene claro qué haría con la camiseta si pudiera retroceder en el tiempo. Otro producto que ha ‘roto’ la tienda del PSG fue la camiseta con la que Messi se presentó en el aeropuerto de París-Le Bourget y salió a saludar a la afición por primera vez. Como era de esperar, a la vuelta la situación de los Ahmadi empeoró: todo el mundo creía que regresaban con una gran cantidad de dinero donada por Messi y que la estaban escondiendo.
Sin embargo, en el pueblo de los Ahmadi comenzó a correr el rumor de que Messi había mandado una gran cantidad de dinero a la familia. Desde el principio era un entrenador débil que estaba a expensas del rendimiento de los jugadores y pronto se fue a la calle tras echarle Reyes un pulso. Thomas Müller se caracteriza por decir siempre lo que piensa sin medir las consecuencias de sus palabras y tras la victoria y clasificación del Bayern Múnich a los cuartos de final de la UEFA Champions League tras dejar en el camino al PSG, el apuntado en zona mixta fue Leo Messi. Esa opción te ayuda mucho a elevar la línea de presión con los dos que jueguen arriba y con dos jugadores que aprietan como el croata y el charrúa. “¿Vieron a Messi limpiando el piso con nuestra playera y bandera”, “Así como respeto, Argentina tiene que respetar México. Amarilla a Toni Kroos, que toca la pelota antes de chocar con Busquets. En total, 47 dianas en 54 encuentros que le llevaron a ser el máximo anotador de Europa por quinta vez. Desde las afueras de Londres, a unos 40km aproximadamente, Willy Caballero atendió amablemente a 90min, para una charla que tuvo de todo: la competencia en el arco de Chelsea, qué significó ser dirigido por Guardiola, el recuerdo del Málaga que alcanzó cuartos de final de Champions y lo que significó para él enfrentar a Lionel Messi.
Lo que no esperaba esta familia afgana era que aquella instantánea fuera el inicio de una verdadera pesadilla que incluye amenazas, un intento de huida, miedo a ser secuestrado y, finalmente, el exilio del pequeño en Kabul, la capital del país, separado de su familia por precaución. Finalmente, llegaron los rumores de que Messi estaba interesado en conocer a Murtaza y pronto enviaron a casa de los Ahmadi dos cajas de gente cercana al futbolista. Finalmente, su familia le mandó con su tío a Kabul, a 300 kilómetros de casa. Y empezó a haber gente merodeando la casa por la noche. “Me la pondría, porque adoro a Messi”, sentencia el pequeño, que hace unos meses pudo regresar a casa. El propio Leo, con solo 6 años, estuvo presente aquella tarde del 7 de octubre de 1993 en el Coloso del Parque Independencia, cuando Diego debutó con los colores rojinegros ante Emelec, de Ecuador, conquistando el único gol que alcanzó a marcar como futbolista de Newell’s.
Ese día, Tomas Tuchel asumió la dirección técnica del equipo, en reemplazo de Frank Lampard, toda una leyenda de los «Blues», quien no lograba el rendimiento que dirigencia e hinchas pretendían. Un fuera de serie que no sigue ningún guión, determinante cuando debe serlo, brutalmente demoledor. “Yo estaba muy contento porque ahora que estaba en Qatar, con su ídolo, con este gran futbolista, dándole el balón”, explica su padre, que en ese momento se sentía muy esperanzado. El astro de Rosario tenía en ese momento 16 años y 145 días. De ese encuentro salieron multitud de instantáneas que, de nuevo, dieron la vuelta al mundo. Murtaza conmovió a todo el mundo. “Todo el mundo se metía conmigo, me decían que vestía con plástico”, recuerda ahora. “Fuimos a Doha para que Messi pudiera hacer algo por él . “La gente que pasaba por el pueblo preguntaba que cómo vivía, que si Messi nos había mandado mucho dinero. Él me decía que me fuera con mi padre, pero no entendía su lengua”, recuerda ahora Murtaza.